lunes, 15 de noviembre de 2010

POLÍTICA Y TICS

YLa plaza pública era reconocida como el epicentro de las manifestaciones en favor de un líder, la mayoría veces político, caracterizado por su capacidad para atraer masas y su poder de convencimiento. Este fenómeno no se visualizó en una época limitada, siempre, a través de toda la historia, ha estado presente. Desde los tiempos en que Bolívar entonaba sus discursos ligados a la emancipación, o cuando Jorge Eliecer Gaitán generaba alborozo y euforia en las masas populares con las soberbias líneas de su pensamiento, o más recientemente, cuando Luis Carlos Galán ilusionaba palabra tras palabra a una generación cansada y agobiada por la violencia, se percibía la presencia física como única la manera para establecer conexión entre el paladín y sus seguidores.
Al entrar en el siglo XXI se observó como una nueva revolución se venía gestando. Aunque la entrada de la web 1.0 abrió la senda para la intervención de la red, fue la web 2.0 la que desarrollo métodos más eficientes de comunicación, interacción y participación, desencadenando lo conocido como “La revolución digital”, repercutiendo en todos los sectores sociales, políticos, económicos, culturales y religiosos.
Con esta nueva transformación la política dio un viraje exagerado, fabricando “neomaneras” de proselitismo, ya no amarradas a la plaza pública sino al escenario virtual, que poco a poco se va inmiscuyendo en la vida cotidiana del ciudadano común, cada vez más adepto a la red.
Para muchos las TICs propician un escenario favorable para el acceso ilimitado a la información y al conocimiento. En el caso de la política estas herramientas producen un espacio flexible, manejable y accesible para exponer ideas, propuestas, puntos de vista y posiciones de determinados sujetos de la vida pública. Pero ¿realmente las TICs son accesibles, manejables y flexibles para toda la población? ¿Serán un beneficio o un perjuicio para los personajes de la vida política?
Fabio Vallona, docente de la facultad de comunicación social y periodismo de la Fundación universitaria Los Libertadores, muestra los beneficios o perjuicios de las TICs como el resultado del comportamiento humano. “las tecnologías de la información y la comunicación, como tecnologías en sí, no son ni buenas ni malas, lo que las hace buenas y malas son el empleo, el uso y el condicionamiento que le den los hombres”, afirma Vallona. También denomina las TICs como armas utilizadas dentro de “la baraja de opciones que diseña un estratega para posicionamiento de su candidato, de su marca, de su campaña.....para hacer que la intención de voto pese al lado de la balanza de quien uno dirige”, porque según él, “la campaña política debe ser coherente con la nueva generación.....con el discurso mediático que maneja la nueva generación”.
Una situación constante en las redes sociales –que son las páginas más utilizadas por las campañas políticas- es la suplantación de identidad, la cual se puede realizar de manera breve y sin complicaciones. En un gran número de ocasiones las personas son víctimas de cibernautas opositores de su movimiento, ideas o propuestas, los cuales aspiran afectar la imagen del individuo que no representa sus intereses. Partiendo de esta base, el profesor Vallona, refuta esta posición: “técnicamente se puede hacer (suplantar una persona)....inmediatamente la contra respuesta es la oficialidad.... se debe divulgar el Facebook oficial, el twitter oficial, todo lo que este por fuera pues no es oficial. Se preguntó a Iván Darío Taborda, profesor de procedimiento civil especial y derecho aprobatorio, sobre las consecuencias que traería una suplantación. Para él la red es transparente para los usuarios, y en el caso de la suplantación las consecuencias se pueden “traducir en un delito como tal… Que puede constituir una calumnia o una injuria”, pero “no hay antecedente jurisprudencial en ese tema, como red social, pero si a habido fallos de responsabilidad periodística“.
Sabiendo que internet es una de las herramientas de las tecnologías de la información y la comunicación más usual dentro de la opinión publica, y que es la que mayor accesibilidad brinda a sus usuarios para obtener los contenidos que hay dentro de ella, esa afirmación que dice que la política la puede hacer cualquier persona con las TICs suena débil, no solo porque internet no llega en muchas partes del país, sino porque es una herramienta que necesita de una explicación para poder ser usada, y aunque para el profesor Vallona esta afirmación si es verdad, acepta que la “revolución tecnológica” genera brechas sociales –los que están en la red y los que no-, y marca una distinción en el nivel socio económico. Por lo anterior si de verdad se quiere hacer de la política un ejercicio libre y propio de todo el pueblo se necesita dar las herramientas tecnológicas a toda la población, así como las instrucciones para su uso, porque hoy por hoy la política solo es para quienes tiene acceso a los medios y no para todos. La opción que le queda a las personas de la clase popular es volver a la plaza pública.
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